"𝘛𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰. 𝘈 𝘮𝘦𝘯𝘶𝘥𝘰 𝘯𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳."

𝕹o hay nada más maravilloso que el proceso de cambiar un cuento infantil, manchado por la errónea idea de una niña consumiendo psicodélicos, a una cruda y tosca realidad del impacto que puede tener el síndrome de estrés post-traumático en una persona, llevando a la evasión de la realidad, la disociación y la maravilla y (en este caso) terror de la mente. Eso es lo que logra American McGee en 𝘈𝘭𝘪𝘤𝘦: 𝘔𝘢𝘥𝘯𝘦𝘴𝘴 𝘙𝘦𝘵𝘶𝘳𝘯𝘴. En un ambiente casi lúgubre tomamos el papel de Alice, una chica que sufrió la pérdida de la totalidad de su familia a manos de un trágico accidente que incendió su hogar, al ser ella la única superviviente y, además, ser criticada por lo mismo, sufrió un estado catatónico y ahora carga con la eterna culpa en su cabeza que estará destruyendo su psique, su país de las maravillas. Tendremos la misión de ¿Sanar? Suena fácil pero resulta ser un tremendo y sangriento calvario, sobretodo cuando el fino hilo de la realidad y la fantasía (de tu cabeza) comienzan a mezclarse en un mundo hostil.

“𝘚𝘰́𝘭𝘰 𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘶́𝘱𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘤𝘳𝘦𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘴𝘶𝘧𝘳𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘶́𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘪𝘯𝘤𝘰𝘯𝘷𝘦𝘯𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘥𝘪𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦”.

No solo es envolvente el ambiente, la música y el inquietante diseño de personajes, si; Más concretamente de Cheshire Cat, el cual aún no descifro si me espanta o me fascina a un punto enfermizo, sino también de su historia que, considero, más pulida que en su primera entrega 𝘈𝘮𝘦𝘳𝘪𝘤𝘢𝘯 𝘔𝘤𝘎𝘦𝘦'𝘴 𝘈𝘭𝘪𝘤𝘦. Hay partes que se abren a la interpretación de cada jugador, pero muchos llegan a conclusiones similares. En éste juego vale la pena (Y se debe) encontrar los secretos, las diversas memorias reprimidas de la pobre Alice para llegar al punto del 𝘤𝘢𝘴𝘪 equilibrio mental que tanto anhela. Obviamente estaremos bien acompañados durante nuestro alocado recorrido, los personajes de nuestra infancia se encuentran allí para ayudarnos (o no) en esta tétrica aventura.
Tétrico, es una palabra triste ¡Pero así suele ser la mente humana! Solemos ser nuestro peor enemigo la mayoría de veces y, es peor aún, cuando alguien está dispuesto a romper hasta el más mínimo fragmento de ella, por su propio beneficio. . .

Recuerda; "𝘓𝘢𝘴 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢𝘴, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘮𝘶𝘺 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴, 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘯 𝘴𝘦𝘳 𝘦𝘯𝘨𝘢𝘯̃𝘰𝘴𝘢𝘴, 𝘈𝘭𝘪𝘤𝘦." Nunca terminamos de conocer del todo a una persona.
¡Suerte, jugador! Y que no te atrapen para llevarte al psiquiátrico.