Amid Evil forma parte de la Tríada actual de verdaderos FPS clásicos que traen los 90 de vuelta a nuestros nuevos pc de sobremesa (junto a Ion Maiden y Dusk), del mismo modo que Duke Nukem 3D, Shadow Warrior y Blood lo formaron a mediados de esa misma década para sacudir los cimientos del género.

Estamos en unos tiempos excelentes para ser un apasionado de la acción clásica. Dichos títulos poseen en común el regreso de los 90, pero la diferencia es un tanto sutil. Así como Blood, Shadow Warrior y Duke Nukem 3D estaban los 3 realizados con el mismo motor gráfico y el mismo estilo narrativo-visual-sarcástico, en nuestra presente era cada uno de estos 3 títulos abarca una etapa muy específica de dicha maravillosa década.

Dusk personifica el regreso del Quake y Redneck Rampage en su mayoría, y recibe influencia de las demás obras. Ion Maiden está ejecutado sobre motor build, por lo que es un regreso claramente enfocado hacia esa trinidad anteriormente citada. Y Amid Evil rinde sin pudor un sentido homenaje a un gran título que siempre vivió a la sombra de su padre en términos de motor gráfico; Doom. Nada más y nada menos que el fantástico (tanto por estilo como por calidad) Heretic. En el presente caso también asistimos a un FPS con ambientación fantástica medieval, y usaremos armas mágicas con 4 manás distintos como munición.

Amid Evil es un ejercicio de clasicismo jugable de 14 sobre 10. Muchos juegos cometen el descaro de enarbolar una medalla de "acción clásica" sin presentar una dinámica que ni por asomo se asemeje con esa idea. Recargas, arenas cerradas, objetivos, scripts...

Amid Evil, al igual que sus dos compañeros, mandan con un sonoro AL CARRER todas esas mecánicas innecesarias y presenta sus fuertes en algo mucho más importante y ya largo tiempo perdido: diseño de niveles y de enemigos.

Amid Evil dispone de un hub central como en Hexen, pero al contrario que éste, acierta en su uso. Una vez se entra en un mundo, se suceden 3 niveles semiabiertos pero con extensión limitada y un cuarto nivel con el boss de turno. Importante recalcar que cada mundo tiene unos enemigos que no se repiten en ningún otro, y por ende, unas conductas de ataque y defensa totalmente diferenciadas entre sí, lo que fuerza al jugador a adaptarse constantemente a distintas prioridades en el fragor de la batalla. Y así, 7 mundos.

Rápido, feroz, duro, agresivo... este título nos pone la adrenalina a prueba para bombear con furia en nuestras adoloridas arterias. Las armas son todas de proyectiles (no hay ni una hitscan), por lo que hay que tener más puntería de lo habitual. Los enemigos se mueven jodidamente rápido, pegan duro y apuntan bien. Se trata de un juego que pone las pelotas a buen recaudo en la región abdominal si se pilla más de la cuenta, y era algo que se echaba en falta.

Actualmente está en early y sólo hay concluídos 6, pero son todos un derroche de diseño inteligente y feroz. Hasta el anónimo protagonista se parte el ojete como Corvus cuando recoge un arma, un guiño más que cojonudo.

Nadie que se lo pasara en grande como con Heretic debería dejarlo escapar, es una verdadera joya que se une a la Santísima Trinidad que ha venido a rescatar de la mediocridad mi género videojueguil favorito.