No tengo palabras para describir lo que este juego ha significado para mi tiempo libre. Si no te cuidas con la hora, te puedes encontrar jugando cinco horas seguidas sin siquiera haberte dado cuenta del paso del tiempo a tu alrededor. Totalmente adictivo para aquellos que adoren los juegos llenos de retos, que requieran de una extraordinaria organización si deseas triunfar, o para aquellos que, por el contrario, prefieran un juego tranquilo. Se adapta a tu forma de jugar a la perfección. Y, maldita sea, ya era hora de que encontrase un juego que no discrimina tus gustos sexuales. Me llevé una grata sorpresa al comprobar que, si así lo deseas, puedes casarte tanto con hombres como mujeres y tener hijos igualmente (sí, existe la adopción).
Además las noticias dicen que pronto habrá modo cooperativo, lo cual estoy deseando probar, a ver qué tal lo hace. El creador de este juego se merece con creces todo el mérito por haber creado una joya que, en mi opinión, supera a más de un juego programado por profesionales. Vergüenza debería darles, ¡já!

No tengo palabras para describir lo que este juego ha significado para mi tiempo libre. Si no te cuidas con la hora, te puedes encontrar jugando cinco horas seguidas sin siquiera haberte dado cuenta del paso del tiempo a tu alrededor. Totalmente adictivo para aquellos que adoren los juegos llenos de retos, que requieran de una extraordinaria organización si deseas triunfar, o para aquellos que, por el contrario, prefieran un juego tranquilo. Se adapta a tu forma de jugar a la perfección. Y, maldita sea, ya era hora de que encontrase un juego que no discrimina tus gustos sexuales. Me llevé una grata sorpresa al comprobar que, si así lo deseas, puedes casarte tanto con hombres como mujeres y tener hijos igualmente (sí, existe la adopción). Además las noticias dicen que pronto habrá modo cooperativo, lo cual estoy deseando probar, a ver qué tal lo hace. El creador de este juego se merece con creces todo el mérito por haber creado una joya que, en mi opinión, supera a más de un juego programado por profesionales. Vergüenza debería darles, ¡já!