Install Steam
login
|
language
简体中文 (Simplified Chinese)
繁體中文 (Traditional Chinese)
日本語 (Japanese)
한국어 (Korean)
ไทย (Thai)
Български (Bulgarian)
Čeština (Czech)
Dansk (Danish)
Deutsch (German)
Español - España (Spanish - Spain)
Español - Latinoamérica (Spanish - Latin America)
Ελληνικά (Greek)
Français (French)
Italiano (Italian)
Bahasa Indonesia (Indonesian)
Magyar (Hungarian)
Nederlands (Dutch)
Norsk (Norwegian)
Polski (Polish)
Português (Portuguese - Portugal)
Português - Brasil (Portuguese - Brazil)
Română (Romanian)
Русский (Russian)
Suomi (Finnish)
Svenska (Swedish)
Türkçe (Turkish)
Tiếng Việt (Vietnamese)
Українська (Ukrainian)
Report a translation problem
▒█▒█▒█ ▒█▄▄█ ▒█░▒█ ▒█░▒█ ▒█░ ▒█▒█▒█ ▒█▄▄█
▒█░░▒█ ▒█░▒█ ░▀▀█▄ ░▀▄▄▀ ▄█▄ ▒█░░▀█ ▒█░▒█
▒█▀▀▄ ▒█▀▀▀ ▒█▀▀▀█ ▒█▀▀▀ ▀▄▒▄▀ ▒█▀▀▀█
▒█░▒█ ▒█▀▀▀ ░▀▀▀▄▄ ▒█▀▀▀ ░▒█░░ ▒█░░▒█
▒█▄▄▀ ▒█▄▄▄ ▒█▄▄▄█ ▒█▄▄▄ ▄▀▒▀▄ ▒█▄▄▄█
del semen comienza a impulsarte hacia atrás como si estuvieras en un deslizamiento y deslizamiento temático de bukkake. Aún de rodillas, el semen ahora está a la altura de la barbilla. Para evitar ahogarse, abres la puerta del baño. El diluvio de jugo de hombre te recuerda a la Gran Inundación de Melaza de 1919 (es algo real, búscalo), solo con semen en lugar de melaza. El semen se acelera. Han pasado dos horas. Tus hijos y su esposa gritan de terror mientras sus cuerpos son engullidos por el lodo blanco como la nieve. Tu hijo más pequeño se hunde, con burbujas viscosas y gritos ahogados que salen de la sustancia pegajosa. Le ruegas a Dios que ponga fin a tu sufrimiento.