emi que se creía el rey del Counter-Strike 2. Su sueño era ser profesional, pero la única cosa que lograba era perder más rondas que un reloj descompuesto. Desde el principio, emi entraba a cada partida con la confianza de un gladiador, pero su puntería era tan mala que le disparaba a sus propios compañeros más que a los enemigos. En una ocasión, se encontró cara a cara con un enemigo, en vez de apretar el gatillo, decidió hablarle: “¡Hola! ¿Te gustaría unirte a mí en un club de perdedores?”. El rival, confundido pero divertido, se fue y dejó a emi solo… ¡Pero no sin antes darle un tirito en la cabeza! En la siguiente partida, intentó hacer un “clutch” y acabar con todos los enemigos. Empezó a lanzar granadas con tanto entusiasmo que casi se carga a su equipo entero.
Al final del día, emi se convirtió en una leyenda, pero no por sus habilidades, sino por ser el jugador que hizo reír a todos… incluso a los enemigos.

emilianos primeee

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