Cuando llegas al santuario del enlace de fuego y escuchas esa música por primera vez ya te haces la idea de que nada de lo que hagas va a ser grandioso ni heroico, puede que tengas una sensación de éxito momentáneo cuando superes un obstáculo en tu camino pero pronto te darás cuenta de que en realidad no ayudaste a nadie con tu esfuerzo, el mundo está bañado en melancolía de la bella y de la horrible, cada vez que vuelves a tu pequeño refugio de esta violenta realidad la música te recuerda que tu esfuerzo son inútiles, sentarse en la hoguera es como sentarse en el lecho del mundo, mientras la enfermedad horrible que lo ha dominado lo a arrastra al olvido y puedes hacer dos cosas al final, sacrificar tu propia vida para aliviar el dolor por un rato o cortarle el cuello al mundo para que deje de sufrir.

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