Me encontraba absorto, contemplando fijamente mi nuevo PC. Por fin había construido la máquina de mis sueños, con sus dos pantallas, su teclado y ratón RGB y una torre que sería la envidia de cualquier marcha LGTB.

Sin embargo, faltaba algo.

El escritorio estaba vacío, triste y apagado, mostrando el fondo de pantalla predeterminado de Windows.

Lo sabía, había oído hablar de él en algún momento, mientras navegaba por Internet con mi portátil (eran tiempos difíciles). Wallpaper Engine sería no un programa, sino EL programa, que salvaría mis días de mirar a la pantalla sin nada que hacer.

Así que, raudo e implacable, me dirigí a la tienda de Steam, y busqué sin demora el nombre de este programa del cual tanto había oído hablar, y tantas ganas tenía de probar.

Mi vida cambió para siempre desde que adquirí Wallpaper Engine.

No solo encontré fondos, sino experiencias. Experiencias que me sumergieron en mundos alternativos, que me hicieron sentir que no estaba sentado frente a una pantalla, sino dentro de una nave espacial, en un paisaje asiático o, incluso, en la mismísima galaxia.

Gracias a Wallpaper Engine, sentí que la vida no era simplemente una desgracia sin más, sino una bonita y memorable desgracia. Sentí que por fin tenía algo en lo que merecía la pena invertir mi tiempo: navegar durante horas y horas por la workshop, buscando una experiencia que llenara los rincones grises y vacíos de mi existencia.

Sin duda alguna, recomiendo esta obra de arte de la programación a cualquiera que, como yo, sienta o haya sentido que la vida no tenía sentido. Definitivamente cambia tu perspectiva, y te hace darte cuenta de que, entre tanta tristeza, siempre existe un rincón de felicidad.