Con más de 200 horas de juego invertidos, puedo decir sin dudar que Baldur's Gate 3 no solo es un videojuego sino una experiencia completamente transformadora. Larian Studios ha creado un universo tan rico, dinámico y envolvente que cada minuto se siente como una inmersión en una novela épica.
La profundidad narrativa es absolutamente insuperable. Cada personaje, incluso el más pequeño, tiene motivaciones, historias y diálogos tan cuidados que generan una conexión emocional genuina. Los compañeros de aventura son complejos, carismáticos y sorprendentemente humanos, haciendo que cada interacción sea memorable. La libertad que el juego ofrece es asombrosa: cada decisión, por pequeña que parezca, tiene consecuencias reales. Las posibilidades en combate, exploración y resolución de conflictos son casi infinitas. Desde los momentos de máxima tensión en batallas estratégicas hasta las risas con decisiones absurdas, todo se siente auténtico.
El apartado visual y sonoro es espectacular. Los entornos están diseñados con un nivel de detalle que quita el aliento, y la banda sonora te sumerge en cada escena con una intensidad única. Cada rincón del mundo narrativo está lleno de sorpresas, secretos y desafíos.
Pero lo que realmente hace especial a Baldur's Gate 3 es su capacidad para hacerte sentir que tu historia es única. Con cada partida descubres nuevos matices, rutas y posibilidades. Este juego es un testimonio del potencial del rol en su máxima expresión.

En resumen: si aún no has jugado Baldur's Gate 3, te estás perdiendo una de las mejores experiencias que el mundo de los videojuegos ha ofrecido jamás.