Installer Steam
log på
|
sprog
简体中文 (forenklet kinesisk)
繁體中文 (traditionelt kinesisk)
日本語 (japansk)
한국어 (koreansk)
ไทย (thai)
Български (bulgarsk)
Čeština (tjekkisk)
Deutsch (tysk)
English (engelsk)
Español – España (spansk – Spanien)
Español – Latinoamérica (spansk – Latinamerika)
Ελληνικά (græsk)
Français (fransk)
Italiano (italiensk)
Bahasa indonesia (indonesisk)
Magyar (ungarsk)
Nederlands (hollandsk)
Norsk
Polski (polsk)
Português (portugisisk – Portugal)
Português – Brasil (portugisisk – Brasilien)
Română (rumænsk)
Русский (russisk)
Suomi (finsk)
Svenska (svensk)
Türkçe (tyrkisk)
Tiếng Việt (Vietnamesisk)
Українська (ukrainsk)
Rapporter et oversættelsesproblem
Alimentación balanceada: Prioriza alimentos naturales como frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales. Limita el consumo de azúcares y grasas procesadas.
Control de porciones: Comer con moderación y evitar el exceso de calorías es clave. A veces, reducir las porciones puede ser suficiente para ver cambios.
Ejercicio regular: Intenta incluir actividad física en tu rutina diaria. Puede ser caminar, nadar o hacer ejercicio en casa. Encuentra lo que disfrutes.
Hidratación: Beber agua ayuda a controlar el apetito y a mantener el cuerpo funcionando bien.
Paciencia: El cambio lleva tiempo, así que no te desanimes si no ves resultados inmediatos. Celebra cada pequeño paso hacia tu objetivo.
Recuerda, cada cuerpo es único. Lo más importante es que te sientas bien contigo misma.