En un mundo de pixeles y de luz,
donde los humanos juegan sin cesar,
se encuentran en un viaje, en una cruz,
buscando respuestas, tratando de hallar.

Con los dedos danzan sobre botones,
en batallas épicas, en misiones sin fin,
son guerreros, magos, campeones,
en un universo que parece no tener confín.

Pero en la quietud de la noche, surge la duda,
¿Es esto real o solo una ilusión?
¿Es nuestra existencia muda,
o somos parte de una gran canción?

Jugamos videojuegos, buscamos aventura,
pero ¿qué es la vida sino el juego más grande?
Cada día una nueva textura,
cada momento, un paisaje cambiante.

Así, entre risas y lágrimas, entre el gozo y el dolor,
jugamos, vivimos, amamos, sufrimos,
y en cada partida, en cada color,
la esencia de nuestra existencia descubrimos.