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en unos diccionarios empolvados y antiguos
y en otros libros que no me han dado el significado
de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.
Dicen que azules son las montañas como ella,
que en ella se oscurecen los amores lejanos,
y un noble y buen amigo mío (y de las estrellas)
la nombra en un temblor de trenzas y de manos.
Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino,
su secreto se evade, su dulzura me obsede
como una mariposa de cuerpo extraño y fino
siempre lejos —¡tan lejos!— de mis tranquilas redes.
Saudade... Oiga, vecino, ¿sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
No... Y me tiembla en la boca su temblor delicado...
Saudade...
Te envío canciones de 4:40
Te envío las fotos cenando en Marbella
Y cuando estuvimos por Venezuela
Y así me recuerdes y tengas presente
Que mi corazón está colgando en tus manos
Cuidado, cuidado
Que mi corazón está colgando en tus manos