Desde la época en que las consolas de 16 bits reinaban en los salones de cada casa, siempre anhelamos más contenido para esas míticas máquinas. Sin embargo, el tiempo avanza para todos y, lamentablemente, las consolas de 16 bits, reinas de los juegos en 2D, ascendieron al Olimpo de las musas y los sueños, dejándonos un legado excepcional de juegos encantadores. Nadie podría haber predicho que, en el siglo XXI, nos reencontraríamos con juegos de la talla de aquellos clásicos que recordamos con nostalgia en nuestros corazones.

Grupos de desarrolladores de videojuegos como Retro Forge formado por Alberto Hernández, Daniel Oliver, José Luis Gálvez, Sergio Martín, Leo Fernández Infante y Saúl Santana han decidido regalarnos un viaje al pasado para revivir las mismas sensaciones que experimentamos en aquellos años. Los gráficos al estilo de la SNES son inconfundibles, y el sonido refleja el alma misma de nuestros anhelos y nostalgias. Gracias a programadores y diseñadores como ellos, he vuelto a sentirme un poco más cerca de ese rincón que creía haber olvidado.

Una cosa destacable son los increíbles gráficos cargados de detalles en cada nivel y con qué mimo y gracia han sido diseñados. Me encanta la sensación que produce cuando entras a una zona y ves cómo los pájaros echan a volar de fondo o cuando te metes en una cueva y ves pasar arañas gigantes como presagios de lo que acontecerá al final de la fase. Las hojas de los árboles cayendo cuando atraviesas el bosque. Las luciérnagas y mariposas entre los arbustos. Diminutos insectos que recorren los laberínticos escenarios. Animales que huyen despavoridos ante nuestra presencia. Pajaritos que inician el vuelo. La arenaq goteando en los bordes. También a nivel sonoro cuando caminas por la ciudad y al llegar a determinadas zonas cambia el sonido ambiente dándole un toque fresco a la aventura. Ejemplo de ello es cuando atravesamos la zona del mercado donde se escucha el bullicio de la gente comprando o el herrero que golpea con fuerza su yunque. La señora qeu espolsa la alfombra. También me gustaría reseñar la cantidad de elementos destructibles que hay en el escenario como frutas en árboles, troncos que entorpecen el paso, o arbustos que son destruidos con el filo de nuestras armas. Lámparas que dejan de dar luz cuando las rompemos cayendo los trozos al suelo. La hierba segada de raíz. Sobre los enemigos, destacar la personalidad de cada uno de ellos y cómo realizan sus ataques de las formas más inesperadas. La verdad es que el tratamiento que hacen de cada personaje es exquisito. Por no hablar del efecto parallax producido con 4 planos diferentes de scroll que le da un movimiento y una vida al escenario que pocos otros juegos pueden presumir. O el efecto del rayo de luz del sol que crea un ambiente cálido y a la vez acogedor. La mano de piedra en medio de las dunas del desierto dejando caer una cascada de arena por la palma. Un escenario vivo y colorido donde todo cobra movimiento, las plantas del primer plano, los arbustos, las cadenas, las flores.

Para mi gusto, es un juego redondo con una calidad fuera de toda duda y que, además de haberlo comprado en STEAM, me he visto en la obligación de hacerme con una edición de coleccionista para Nintendo Switch, consola que ni siquiera pienso comprar. Lo hago por homenajear de alguna forma el excelente trabajo realizado por este grupo de creadores.

Desde la época en que las consolas de 16 bits reinaban en los salones de cada casa, siempre anhelamos más contenido para esas míticas máquinas. Sin embargo, el tiempo avanza para todos y, lamentablemente, las consolas de 16 bits, reinas de los juegos en 2D, ascendieron al Olimpo de las musas y los sueños, dejándonos un legado excepcional de juegos encantadores. Nadie podría haber predicho que, en el siglo XXI, nos reencontraríamos con juegos de la talla de aquellos clásicos que recordamos con nostalgia en nuestros corazones. Grupos de desarrolladores de videojuegos como Retro Forge formado por Alberto Hernández, Daniel Oliver, José Luis Gálvez, Sergio Martín, Leo Fernández Infante y Saúl Santana han decidido regalarnos un viaje al pasado para revivir las mismas sensaciones que experimentamos en aquellos años. Los gráficos al estilo de la SNES son inconfundibles, y el sonido refleja el alma misma de nuestros anhelos y nostalgias. Gracias a programadores y diseñadores como ellos, he vuelto a sentirme un poco más cerca de ese rincón que creía haber olvidado. Una cosa destacable son los increíbles gráficos cargados de detalles en cada nivel y con qué mimo y gracia han sido diseñados. Me encanta la sensación que produce cuando entras a una zona y ves cómo los pájaros echan a volar de fondo o cuando te metes en una cueva y ves pasar arañas gigantes como presagios de lo que acontecerá al final de la fase. Las hojas de los árboles cayendo cuando atraviesas el bosque. Las luciérnagas y mariposas entre los arbustos. Diminutos insectos que recorren los laberínticos escenarios. Animales que huyen despavoridos ante nuestra presencia. Pajaritos que inician el vuelo. La arenaq goteando en los bordes. También a nivel sonoro cuando caminas por la ciudad y al llegar a determinadas zonas cambia el sonido ambiente dándole un toque fresco a la aventura. Ejemplo de ello es cuando atravesamos la zona del mercado donde se escucha el bullicio de la gente comprando o el herrero que golpea con fuerza su yunque. La señora qeu espolsa la alfombra. También me gustaría reseñar la cantidad de elementos destructibles que hay en el escenario como frutas en árboles, troncos que entorpecen el paso, o arbustos que son destruidos con el filo de nuestras armas. Lámparas que dejan de dar luz cuando las rompemos cayendo los trozos al suelo. La hierba segada de raíz. Sobre los enemigos, destacar la personalidad de cada uno de ellos y cómo realizan sus ataques de las formas más inesperadas. La verdad es que el tratamiento que hacen de cada personaje es exquisito. Por no hablar del efecto parallax producido con 4 planos diferentes de scroll que le da un movimiento y una vida al escenario que pocos otros juegos pueden presumir. O el efecto del rayo de luz del sol que crea un ambiente cálido y a la vez acogedor. La mano de piedra en medio de las dunas del desierto dejando caer una cascada de arena por la palma. Un escenario vivo y colorido donde todo cobra movimiento, las plantas del primer plano, los arbustos, las cadenas, las flores. Para mi gusto, es un juego redondo con una calidad fuera de toda duda y que, además de haberlo comprado en STEAM, me he visto en la obligación de hacerme con una edición de coleccionista para Nintendo Switch, consola que ni siquiera pienso comprar. Lo hago por homenajear de alguna forma el excelente trabajo realizado por este grupo de creadores.