He visto jugar a este tipo, ni siquiera usa un monitor. Visualiza el mapa en una representación detallada, completamente en su mente. Tiene un wallhack biológico; su percepción divina destaca a todos los enemigos a años luz. Sus ojos están cerrados mientras su ratón se desvía con gracia a través de la mesa, haciendo movimientos inmaculados mientras se mueve de cabeza a cabeza. Las balas que escapan del cañón de su arma son quirúrgicas; cada uno haciendo un golpe mortal entre los ojos de su oponente. Su control de rociado es de otro mundo, su punto de mira se agita erráticamente a través de la pantalla mientras los músculos de su muñeca predicen perfectamente la ubicación de la siguiente bala. El tiempo literalmente se detiene cuando él mira, la luz del sol se curva cuando el dedo del gatillo impacta el botón izquierdo del mouse, enviando a los enemigos a un reino de sombras digitales antes de que sepan lo que sucedió. Es imposible de matar. Es invencible.